
Dirigida por Akiva Schaffer y estrenada en 2025 con el título original The Naked Gun, ¿Y dónde está el policía? (2025) marca el regreso de una de las sagas de comedia más irreverentes del cine, adaptándola a una nueva generación sin perder su espíritu completamente absurdo. La película presenta a un nuevo protagonista que hereda el caos, la torpeza y la lógica imposible del legendario Frank Drebin, en una historia que mezcla investigación criminal con una sucesión constante de gags visuales, diálogos sin sentido y situaciones ridículamente malinterpretadas.
El centro de la historia es Frank Drebin Jr., interpretado por Liam Neeson, hijo del icónico detective original. Lejos de parodiar su imagen de héroe de acción serio, la película explota precisamente ese contraste: Drebin Jr. se toma su trabajo con absoluta solemnidad, incluso cuando provoca desastres a su alrededor. Su investigación principal gira en torno a una conspiración criminal que amenaza la ciudad, aunque la trama avanza más como excusa para el humor que como verdadero misterio policial.
A medida que Drebin Jr. sigue las pistas, cada intento de resolver el caso termina empeorando la situación. Interrogatorios mal entendidos, persecuciones inútiles y escenas de acción completamente torcidas convierten el caso en una cadena de errores monumentales. La película no se apoya en giros complejos, sino en la acumulación de malentendidos, donde el protagonista suele creer que ha resuelto todo cuando, en realidad, acaba de destruir una escena clave o arrestar a la persona equivocada.
El componente romántico llega con el personaje interpretado por Pamela Anderson, una figura central en el caso que rápidamente se convierte en interés amoroso de Drebin Jr. Sus interacciones están cargadas de dobles sentidos, diálogos absurdos y situaciones incómodas llevadas al extremo. La película juega constantemente con la idea de la seducción clásica del cine policial, pero llevándola al terreno de la parodia total, donde ninguna conversación fluye como debería.
Uno de los mayores aciertos de ¿Y dónde está el policía? (2025) es su respeto por el legado original. El filme recupera el humor físico exagerado, los juegos visuales en segundo plano y los chistes que funcionan incluso cuando el espectador no está mirando directamente la acción principal. Hay homenajes claros a escenas clásicas de la saga, reinterpretadas con nuevos contextos y con una puesta en escena moderna que no traiciona el espíritu original.
El clímax culmina con una gran secuencia pública —un evento multitudinario— donde Drebin Jr., sin proponérselo, frustra el plan criminal mientras provoca el caos total. Como es tradición en la saga, el villano queda expuesto más por accidente que por inteligencia, y el protagonista es celebrado como héroe a pesar de haber entendido mal casi todo. El final de ¿Y dónde está el policía? (2025) reafirma su mensaje principal: no importa cuán incompetente sea el método, mientras el resultado sea ridículamente exitoso.