
Dirigida por Ben Stiller, Zoolander se estrenó en 2001 como una comedia satírica que se burla del mundo superficial y excéntrico de la moda. Con un tono absurdo, personajes extravagantes y frases que se convirtieron en parte de la cultura pop, la película logró convertirse en un clásico de culto con el paso de los años.
La historia sigue a Derek Zoolander (Ben Stiller), un famoso modelo masculino conocido por su icónica “Mirada Acero Azul”. Sin embargo, su carrera se tambalea cuando pierde el título de “Modelo del Año” frente al joven y carismático Hansel (Owen Wilson). Mientras atraviesa una crisis existencial, Derek es reclutado por el diseñador malvado Mugatu (Will Ferrell), quien planea usarlo —sin que él lo sepa— para asesinar al Primer Ministro de Malasia. Con la ayuda de Hansel y la periodista Matilda (Christine Taylor), Derek deberá enfrentarse al mundo de la moda… y a su propia estupidez.
Ben Stiller brilla como Zoolander, entregando una interpretación exagerada y encantadoramente tonta. Owen Wilson aporta su característico carisma relajado como Hansel, mientras que Will Ferrell roba cada escena como Mugatu, uno de los villanos más absurdos y divertidos del cine de comedia. Christine Taylor equilibra el humor con un toque de sensatez en su papel como Matilda. Además, la película está repleta de cameos de celebridades del mundo real, desde David Bowie hasta Natalie Portman.
Zoolander destaca por su estética colorida, exagerada y glamorosa que parodia perfectamente el mundo de la moda de principios de los 2000. Los desfiles, los vestuarios extravagantes y los decorados ridículamente lujosos aportan al tono humorístico general. La atmósfera combina sátira con comedia física, creando un universo tan absurdo como icónico.
La banda sonora incluye éxitos pop y dance de la época, como “Relax” de Frankie Goes to Hollywood, que juega un papel clave en una de las escenas más recordadas de la película. El tono general es irreverente, absurdo y autoconsciente, burlándose sin piedad del ego, la fama y las tendencias superficiales.
Zoolander (2001) no fue un éxito inmediato en taquilla, pero con el tiempo se convirtió en una de las comedias más queridas y citadas de su generación. Con diálogos memorables, personajes icónicos y una sátira ingeniosa, la película dejó una huella indeleble en la cultura pop. Un desfile de humor absurdo que sigue sacando carcajadas más de dos décadas después.