
Dirigida por Roland Emmerich, 2012 es un espectacular filme de desastres que llevó al extremo las producciones apocalípticas modernas. Estrenada en 2009, toma como base las interpretaciones populares de la profecía maya sobre el fin del mundo, combinándolas con ciencia ficción, drama familiar y secuencias de destrucción masiva. Con John Cusack, Chiwetel Ejiofor, Amanda Peet y Woody Harrelson en el reparto, la película es una experiencia visual explosiva.
La historia comienza cuando científicos descubren que un aumento inusual en la radiación solar está provocando el sobrecalentamiento del núcleo terrestre, desatando una cadena de desastres naturales que llevarán al colapso global. Jackson Curtis (John Cusack), un escritor y padre divorciado, intenta salvar a su familia mientras terremotos gigantescos, tsunamis y erupciones volcánicas arrasan el planeta. Paralelamente, un grupo de científicos y líderes mundiales trabaja en un plan secreto para preservar a parte de la humanidad en gigantescas arcas.
John Cusack interpreta con carisma al héroe accidental, representando al ciudadano común enfrentado a lo imposible. Chiwetel Ejiofor aporta seriedad y convicción como el científico que intenta advertir a la humanidad. Amanda Peet interpreta a la exesposa de Curtis, y Woody Harrelson brilla en un papel excéntrico como un locutor conspiranoico que predice el fin. El reparto coral refleja diferentes reacciones humanas ante el desastre inminente.
Roland Emmerich, maestro del cine de catástrofes, despliega aquí su visión más ambiciosa: ciudades colapsando, continentes fracturándose y olas gigantes arrasando todo a su paso. La secuencia de la destrucción de Los Ángeles y la huida en avión es uno de los momentos más recordados. Aunque la historia roza lo inverosímil, la puesta en escena y los efectos visuales hacen que el espectáculo sea hipnótico.
La banda sonora, compuesta por Harald Kloser y Thomas Wander, acompaña con temas heroicos y tensos cada secuencia de destrucción y rescate. La música refuerza el dramatismo de las escenas clave, elevando el impacto emocional en medio del caos.
2012 (2009) es una carta de amor al cine de desastres llevado a su máxima expresión. Aunque su guion recibió críticas por sus exageraciones y clichés, la película cumple su objetivo: ofrecer dos horas y media de acción apocalíptica espectacular. Es puro entretenimiento visual, con secuencias que marcaron una época y consolidaron a Emmerich como el gran especialista en destruir el mundo en la pantalla grande.