
Tom es un romántico empedernido. Cree en el destino, en las almas gemelas, en los finales felices. Summer no. Para ella, el amor es algo más complejo, menos idealizado. Cuando sus caminos se cruzan en la oficina donde trabajan, Tom se enamora perdidamente… y así comienzan 500 días de recuerdos, ilusiones, desilusiones y crecimiento. Pero esta no es la típica historia de chico conoce chica.
Contada de forma no lineal, la película salta entre momentos luminosos y dolorosos, entre el primer encuentro y el último adiós. Tom revive cada día con Summer, intentando entender qué salió mal. Pero en ese proceso, también se descubre a sí mismo. (500) días con ella no romantiza el sufrimiento, pero lo abraza con honestidad. Porque a veces, amar también significa aprender a soltar.
Dirigida por Marc Webb y escrita con sensibilidad por Scott Neustadter y Michael H. Weber, esta película se convirtió en un clásico moderno del cine romántico alternativo. Con Joseph Gordon-Levitt y Zooey Deschanel en papeles que marcaron sus carreras, es una oda al desencuentro contada con estilo, humor y mucha humanidad.
La banda sonora es uno de los grandes pilares de la película. Desde “There Is a Light That Never Goes Out” hasta “Sweet Disposition”, las canciones funcionan como puentes entre la nostalgia y el descubrimiento. Más que música de fondo, son parte del alma de la historia.
(500) días con ella es una historia sobre expectativas, desencanto, madurez emocional y segundas oportunidades que nacen dentro de uno mismo. Ideal para quienes entienden que no todas las historias terminan con un beso… pero muchas comienzan justo después del último adiós.