
Dirigida por Steven Spielberg a partir de una idea original de Stanley Kubrick, A. I. Inteligencia Artificial es una obra que combina ciencia ficción, drama y reflexión filosófica. Ambientada en un futuro en el que los avances tecnológicos permiten la creación de robots con emociones, la película narra la historia de David (Haley Joel Osment), un androide diseñado para amar. A través de su viaje, Spielberg explora la naturaleza del afecto, la humanidad y el deseo imposible de ser “real”.
La trama se desarrolla en una sociedad futurista marcada por el cambio climático y la escasez de recursos. En este contexto, las familias adoptan robots para suplir necesidades afectivas. David, un niño robot programado para amar incondicionalmente, es acogido por una pareja con un hijo en coma. Sin embargo, cuando el hijo biológico despierta, la dinámica familiar se quiebra y David es abandonado, comenzando así su odisea en busca de la aceptación y del amor materno que anhela.
Haley Joel Osment ofrece una interpretación magistral como David, transmitiendo inocencia, ternura y tristeza con precisión. Jude Law, en el papel de Gigolo Joe, aporta carisma y sofisticación a un personaje diseñado para el placer, convirtiéndose en un inesperado compañero de viaje. El elenco humano y robótico se complementa para dar vida a un mundo tan fascinante como inquietante.
Spielberg construye un futuro estilizado pero decadente, con ciudades inundadas, tecnología avanzada y paisajes que mezclan belleza y frialdad. Cada escenario refuerza el contraste entre lo humano y lo artificial. La dirección de arte y los efectos especiales, revolucionarios para la época, aportan realismo y emoción a la experiencia visual.
La música compuesta por John Williams acompaña de manera delicada cada momento del viaje de David. Los temas musicales realzan la melancolía y la inocencia del protagonista, funcionando como un hilo conductor que une la historia con la emoción del espectador.
A. I. Inteligencia Artificial (2001) es una obra única que combina la mirada visionaria de Kubrick con la sensibilidad emocional de Spielberg. Más que una historia sobre robots, es una profunda reflexión sobre qué significa ser humano, amar y ser amado. Con imágenes inolvidables, interpretaciones poderosas y una atmósfera poética, se ha consolidado como un clásico contemporáneo que sigue provocando debate y emoción más de dos décadas después de su estreno.