
Dirigida por Tom Kingsley y estrenada en 2025 con el título original Deep Cover, Acto encubierto (2025) sigue a Kat, una humorista estadounidense que enseña improvisación en Londres y cuya vida da un giro radical cuando es reclutada accidentalmente para una operación encubierta. La película despliega un equilibrio perfecto entre comedia, crimen y caos emocional, mostrando cómo una simple clase de improvisación termina convirtiéndose en una misión clandestina que supera por completo las habilidades de Kat y sus dos alumnos: Marlon y Hugh.
Kat vive su momento más complicado: su visa está por expirar, su carrera no despega y su entorno social la hace sentir rezagada. Marlon intenta abrirse camino como actor, pero solo consigue comerciales esporádicos, mientras Hugh, tímido e inseguro, se aferra a su trabajo de oficina sin mucha convicción. Cada uno carga sus propias frustraciones, lo que vuelve irresistible la oportunidad de participar en “una pequeña misión” que parece inofensiva… hasta que deja de serlo.
Lo que inicia como un encargo menor —infiltrarse en una tienda que vende cigarrillos falsificados— rápidamente escala cuando el trío, improvisando más de la cuenta, es llevado ante Fly, un distribuidor criminal que, sorprendido por su audacia accidental, decide reclutarlos. Ese error los lanza directamente al corazón del tráfico de drogas, presiones de mafias rivales y operaciones policiales confusas, donde su talento para inventar historias es lo único que los mantiene vivos.
El trío comienza a ganar reputación en el submundo criminal gracias a malentendidos cómicos que parecen convertirlos en delincuentes profesionales. Pero las cosas se oscurecen cuando se descubre que Sagar, a quien intimidaron sin querer, muere mientras huía, provocando que la policía los tome por asesinos de élite. Entre delitos mayores, rivalidades con una banda albanesa y un asesinato frente a sus ojos, la tensión crece mientras Kat intenta mantener en pie la farsa antes de que todo explote.
La trama alcanza su clímax cuando el detective Billings, quien los reclutó, revela ser corrupto y manipulador. Su muerte —a manos de Shosh— desencadena un caos aún mayor: el grupo debe deshacerse del cuerpo, escapar de mafias armadas, engañar a policías persistentes y sobrevivir a una cadena de errores cada vez más absurdos. La secuencia en la que Marlon, metido en su “método actoral”, toma la iniciativa con una motosierra es una de las más oscuramente cómicas de la película.
El desenlace de Acto encubierto (2025) ofrece una mezcla perfecta de acción y humor cuando el trío, disfrazado de agentes reales, participa en una operación para atrapar a Metcalfe, el verdadero cerebro criminal. Con Fly colaborando como informante, la verdad sale a la luz y los tres protagonistas consiguen salir limpios. Cada uno encuentra, por fin, un rumbo: Marlon despega como actor, Hugh abre una tienda de vinos y Kat ve cómo su grupo de improvisación se vuelve un éxito alimentado por rumores de su vida “encubierta”. Un cierre tan caótico como entrañable, que celebra el error, la amistad y las segundas oportunidades.