
Alexander es un niño de 11 años con una racha constante de días desastrosos. Pero cuando su familia parece vivir en un mundo perfecto donde todo les sale bien, él hace un deseo: que tengan un día como los suyos. Al día siguiente, todo se descontrola: el bebé come marcadores, el hermano pierde la voz, el padre arruina una entrevista… y el caos se apodera de todos. Por una vez, Alexander no está solo en su desastre.
Cada miembro de la familia Cooper se enfrenta a su propio desastre, pero lo hacen juntos. La película muestra con humor y ternura cómo incluso los peores días pueden acercarnos más, enseñándonos a soltar el control, a reírnos de nosotros mismos y a valorar lo imperfecto. Porque a veces, un mal día saca lo mejor de cada uno.
Dirigida por Miguel Arteta y basada en el popular libro infantil, esta película transforma un día de locura en una aventura entrañable. Con Steve Carell y Jennifer Garner como los padres, la comedia se apoya en un elenco carismático y situaciones tan absurdas como reconocibles. Alexander y un día terrible… nos recuerda que la risa es el mejor remedio para el desastre.
Con una banda sonora ligera y optimista, la música acompaña las caídas, los accidentes y los momentos incómodos con un tono cálido. Es el tipo de película en la que la música te levanta cuando todo está saliendo mal, y lo hace con chispa juvenil y buen humor.
Alexander y un día terrible, horrible, malo ¡muy malo! es una historia sobre familia, resiliencia y cómo incluso el caos puede ser un regalo disfrazado. Ideal para ver en familia, para reírse juntos de los errores y recordar que un mal día no define quiénes somos… pero sí puede unirnos más.