
Dirigida por Michael Bay y producida por Jerry Bruckheimer, Armageddon es una de las películas de desastres más emblemáticas de los años 90. Protagonizada por Bruce Willis, Ben Affleck, Liv Tyler, Billy Bob Thornton, Steve Buscemi y Will Patton, esta superproducción combina acción, drama y heroísmo en una historia épica sobre la supervivencia de la humanidad.
La historia comienza cuando la NASA detecta un asteroide del tamaño de Texas que se dirige directamente hacia la Tierra. Con solo 18 días antes del impacto, el director de la NASA (Thornton) idea un plan desesperado: enviar a un equipo de perforadores de petróleo liderados por Harry Stamper (Willis) para aterrizar en el asteroide, perforar un hoyo profundo y detonar una bomba nuclear para desviarlo. Entre entrenamientos intensivos, tensiones personales y peligros espaciales, el destino del planeta queda en manos de un grupo de hombres comunes.
Bruce Willis lidera el elenco con fuerza y autoridad en uno de sus papeles más recordados. Ben Affleck aporta carisma y juventud como A.J., el novio rebelde de la hija de Harry, interpretada por Liv Tyler, que brinda el toque emocional a la historia. Billy Bob Thornton aporta seriedad como el estratega de la NASA, mientras que Steve Buscemi y Will Patton ofrecen momentos de humor y humanidad entre el caos.
Michael Bay imprime su estilo característico: explosiones espectaculares, cámara lenta heroica, montaje vertiginoso y escenas cargadas de emoción. La combinación de acción espacial y drama humano crea una experiencia intensa y épica, con secuencias memorables como el despegue de los transbordadores y el clímax final sobre el asteroide.
La música compuesta por Trevor Rabin y la inolvidable balada “I Don’t Want to Miss a Thing” de Aerosmith se convirtieron en parte fundamental del impacto emocional de la película. Esta canción, junto con la música épica, acompaña los momentos más intensos y conmovedores.
Armageddon (1998) es una mezcla perfecta de espectáculo, emoción y patriotismo cinematográfico. Aunque a menudo criticada por su falta de precisión científica, su poder visual, su ritmo imparable y su carga emocional la han convertido en un clásico indiscutible del género de desastres y en una de las producciones más recordadas de los 90.