
La guerra secreta entre perros y gatos da un giro radical cuando aparece una amenaza común: Kitty Galore, una exagente felina que ha sido expulsada por su propio bando. Ahora, sedienta de venganza, planea un ataque masivo que podría eliminar a los perros… y dominar a los humanos. Su plan no solo pone en peligro a sus enemigos caninos, sino también a sus antiguos aliados.
Para enfrentar esta crisis global, perros y gatos deben hacer lo impensable: trabajar juntos. Así nace una fuerza de élite formada por Diggs, un impulsivo pastor alemán; Catherine, una sofisticada agente felina; y Butch, el veterano que regresa con toda su experiencia. Juntos, con la ayuda de la agencia secreta M.I.A.U. y otros aliados inesperados, deberán frenar el plan de Kitty antes de que sea demasiado tarde.
Dirigida por Brad Peyton, esta secuela eleva el nivel de gadgets, persecuciones y referencias paródicas al estilo de los filmes de espías clásicos. La estética digital mejora respecto a la primera película, y los efectos visuales le dan un ritmo vertiginoso, ideal para el público joven y amantes del caos animal organizado.
La banda sonora y los efectos refuerzan las escenas de tensión y humor. La película no se toma demasiado en serio, y eso es parte de su encanto: combina frases exageradas, explosiones alocadas y batallas entre mascotas como si fuera una versión peluda de 007.
Como perros y gatos 2: La venganza de Kitty Galore es una comedia de acción ligera y absurda, con un mensaje simple pero divertido: la cooperación es posible, incluso entre los rivales más tradicionales. Una aventura veloz, visual y llena de maullidos, ladridos… y salvación peluda.