
Dirigida por Adrian Grunberg, Demonio negro (título original: The Black Demon) es un thriller de supervivencia con tintes ecológicos que mezcla el mito, la acción y el terror naturalista. Protagonizada por Josh Lucas, la película enfrenta a un hombre y su familia contra una criatura marina legendaria: un megalodón que emerge de las profundidades del océano como símbolo de la furia de la naturaleza.
La historia sigue a Paul Sturges (Josh Lucas), un ingeniero petrolero estadounidense que viaja con su esposa Inés (Fernanda Urrejola) y sus hijos a Bahía Azul, una pequeña comunidad costera en México. Lo que debía ser una simple inspección a una plataforma petrolera se convierte en una pesadilla cuando descubren que las instalaciones están abandonadas y el lugar es vigilado por una criatura colosal conocida como “El Demonio Negro”. Atrapados en la plataforma, deberán enfrentarse tanto al monstruo marino como a las consecuencias de la destrucción ambiental que ellos mismos ayudaron a provocar.
Josh Lucas interpreta con convicción a un hombre que debe enfrentarse no solo al monstruo, sino también a su propia responsabilidad moral. Fernanda Urrejola aporta fuerza y humanidad como su esposa, mientras que Julio Cesar Cedillo y Venus Ariel completan el elenco con interpretaciones sólidas. A través de sus personajes, la película reflexiona sobre la codicia, la culpa y el precio que la humanidad paga por destruir el equilibrio natural.
Adrian Grunberg, conocido por su trabajo en Rambo: Last Blood, combina el suspense con una atmósfera sombría y apocalíptica. Los efectos visuales muestran al enorme tiburón con presencia amenazante, mientras que la fotografía, dominada por tonos grises y azules, refuerza la sensación de aislamiento y desesperanza. Aunque el monstruo es el eje del terror, el verdadero “demonio” parece ser la ambición humana que ha contaminado los mares y destruido la naturaleza.
La banda sonora utiliza percusiones profundas, cuerdas tensas y sonidos submarinos para crear una sensación constante de amenaza. Los silencios entre cada ataque del tiburón incrementan la tensión, recordando al espectador que el peligro puede surgir en cualquier momento desde las profundidades. La música y el diseño sonoro juegan un papel clave para mantener el suspense a lo largo de la historia.
Demonio negro (2023) —The Black Demon— es más que una película de monstruos; es una advertencia sobre el impacto ambiental y la arrogancia humana ante la naturaleza. Con una narrativa de supervivencia cargada de simbolismo y un trasfondo ecológico, Adrian Grunberg entrega un thriller marino que mezcla acción, mitología y crítica ambiental. Una historia donde el verdadero horror no solo proviene del océano, sino de lo que el hombre ha hecho con él.