
Dirigida por William Friedkin y basada en la novela de William Peter Blatty, El exorcista es considerada una de las películas más aterradoras y trascendentales de la historia del cine. La historia se centra en Regan MacNeil (Linda Blair), una niña de 12 años que comienza a mostrar un comportamiento extraño, acompañado de fenómenos paranormales que desconciertan a su madre Chris (Ellen Burstyn).
Desesperada, Chris recurre a dos sacerdotes: el padre Karras (Jason Miller), un hombre con dudas de fe, y el padre Merrin (Max von Sydow), un exorcista experimentado. Juntos deberán enfrentarse a una de las batallas más intensas entre la iglesia y una entidad demoníaca que busca someter el alma de Regan.
Linda Blair se convirtió en un ícono del cine de terror gracias a su aterradora interpretación como Regan. Ellen Burstyn aporta fuerza y desesperación como la madre que hará todo por salvar a su hija, mientras que Max von Sydow y Jason Miller transmiten el peso espiritual y emocional de los sacerdotes en la lucha contra el demonio.
La película es recordada por sus secuencias perturbadoras: la levitación de Regan, su cabeza girando y las blasfemias demoníacas. Friedkin utilizó recursos visuales y prácticos innovadores para la época, logrando un realismo que impactó y escandalizó a las audiencias de los años 70.
El tema principal, Tubular Bells de Mike Oldfield, se convirtió en uno de los más icónicos del cine de terror. La combinación de silencio, efectos sonoros inquietantes y esta melodía refuerzan el clima de tensión en todo momento.
El exorcista fue un fenómeno cultural que redefinió el género de terror, convirtiéndose en la primera película de este estilo nominada al Óscar como Mejor Película. Con el paso del tiempo, sigue siendo un referente absoluto del horror y una experiencia aterradora que trasciende generaciones.