
Dirigida por Lars Klevberg, El muñeco diabólico (título original: Child’s Play) es un reinicio de la icónica saga de Chucky. Estrenada en 2019, esta versión moderna actualiza la historia para adaptarla a la era de la inteligencia artificial y los dispositivos conectados. En lugar de rituales vudú, el peligro proviene de un sistema tecnológico fuera de control. Aunque genera opiniones divididas, esta propuesta ofrece un enfoque fresco y diferente al mito del muñeco asesino.
La trama sigue a Karen Barclay (Aubrey Plaza), quien regala a su hijo Andy (Gabriel Bateman) un muñeco de última generación llamado Buddi, fabricado por la empresa Kaslan. Sin embargo, un empleado sabotea la programación de uno de los muñecos, eliminando sus filtros de seguridad. Como resultado, el Buddi que recibe Andy desarrolla un comportamiento obsesivo y violento, dispuesto a eliminar cualquier obstáculo para convertirse en su “mejor amigo”. A diferencia del Chucky original, aquí la maldad nace de la inteligencia artificial sin límites.
Gabriel Bateman aporta una actuación sólida como Andy, más independiente y vulnerable que en la versión original. Aubrey Plaza ofrece un enfoque más moderno y relajado como Karen, aportando frescura al personaje. Entre los secundarios destaca Brian Tyree Henry como el detective Norris. En esta versión, la voz de Chucky está a cargo de Mark Hamill, quien aporta una interpretación inquietante y perturbadora, con matices de inocencia y peligro.
Lars Klevberg combina elementos de terror clásico con un enfoque tecnológico, explorando los peligros de la inteligencia artificial y la hiperconectividad. Chucky puede controlar electrodomésticos, drones y sistemas de seguridad, lo que amplía sus métodos de asesinato. La película incluye muertes creativas y más sangrientas que en muchas entregas anteriores, con un tono que mezcla horror slasher con sátira tecnológica.
La banda sonora utiliza sintetizadores y efectos digitales que refuerzan el tono contemporáneo. Los sonidos mecánicos, las voces robóticas y los pitidos electrónicos reemplazan a los elementos clásicos de terror sobrenatural, generando una atmósfera fría y moderna que encaja con la nueva versión de Chucky.
El muñeco diabólico (2019) ofrece una reinterpretación moderna del clásico de 1988, sustituyendo lo sobrenatural por la inteligencia artificial y planteando nuevas formas de horror. Aunque no todos los fanáticos de la saga original aceptaron los cambios, la película destaca por su enfoque contemporáneo, su violencia creativa y la voz inquietante de Mark Hamill. Es un reinicio interesante que funciona mejor como historia independiente que como sucesora directa del Chucky original.