
Dirigida por Ilya Naishuller y estrenada en 2025 con el título original Heads of State, Jefes de estado (2025) presenta una historia que combina acción frenética, sátira política y un inesperado viaje emocional entre dos figuras de poder obligadas a sobrevivir muy lejos de sus oficinas y comodidades. La película sigue al Primer Ministro británico Sam Clarke, interpretado por Idris Elba, y al Presidente estadounidense Will Derringer, encarnado por John Cena, quienes tras un ataque devastador quedan varados en territorio hostil, convertidos en fugitivos que deben defenderse, desconfiar de todos y, sobre todo, aprender a trabajar juntos para evitar una crisis global sin precedentes.
Sam y Will inician la historia enfrentados por sus personalidades, sus pasados y sus formas de entender el liderazgo: uno disciplinado y analítico, el otro impulsivo y carismático. El choque constante entre ambos se transforma rápidamente en una dinámica de supervivencia donde la arrogancia, los prejuicios y las diferencias se ponen a prueba. A medida que avanzan por territorios desconocidos, ambos descubren que el otro carga con heridas profundas que han marcado su camino hacia el poder, y es esa vulnerabilidad la que crea el lazo inesperado que sostiene el corazón emocional de la película.
La trama se desarrolla alrededor del control de ECHELON, un poderoso sistema de vigilancia global que, en manos equivocadas, podría desestabilizar alianzas enteras y revelar secretos capaces de destruir países. La corrupción interna, el terrorismo organizado y la traición desde los más altos niveles del gobierno convierten la travesía de Sam y Will en una carrera contrarreloj donde cada decisión desencadena nuevas amenazas. La revelación de que la Vicepresidenta Elizabeth Kirk ha manipulado a todos desde las sombras añade una capa de tensión que eleva la apuesta a nivel mundial.
Naishuller imprime su estilo característico: persecuciones implacables, combates feroces y giros visuales que convierten cada secuencia en un espectáculo vibrante. Desde ataques en aviones presidenciales hasta enfrentamientos en calles europeas, la acción nunca se siente gratuita; cada estallido responde al caos político que envuelve a los protagonistas. El dúo formado por Idris Elba y John Cena aporta una mezcla perfecta entre fuerza física, humor y humanidad, logrando que incluso los momentos más explosivos mantengan un trasfondo emocional sólido.
El vínculo entre Clarke y Derringer crece entre discusiones, confesiones accidentales y decisiones que ponen a prueba su integridad. La lealtad de Noel Bisset y la aparición de personajes como el agente Marty Comer agregan capas de humanidad a una historia dominada por traiciones. Las pérdidas, los sacrificios y los reencuentros inesperados moldean el trayecto de los líderes, quienes comienzan a ver en el otro no un rival político, sino un aliado capaz de comprender el peso del liderazgo en tiempos de crisis.
El final de Jefes de estado (2025) ofrece una mezcla de justicia, redención y reconstrucción. La caída del villano Viktor Gradov y la exposición de la verdadera traidora permiten salvar no solo el inminente colapso militar, sino también la relación entre las naciones afectadas. El viaje transforma profundamente a Sam y Will, quienes al regresar del caos descubren que su alianza nació en el fuego de la adversidad y que, pese a sus diferencias, pueden sostener juntos un futuro más estable. Es un cierre que celebra la amistad improbable, la resiliencia humana y el peso de las decisiones que cambian la historia.