
Dirigida por Colin Trevorrow, Jurassic World: Dominio es la culminación de la nueva trilogía iniciada en 2015, que conecta directamente con la saga original de Steven Spielberg. En esta entrega, los dinosaurios ya no están confinados a una isla: ahora conviven con los humanos en todo el planeta, generando un equilibrio tan fascinante como peligroso. La película combina acción, nostalgia y espectáculos visuales para ofrecer un cierre épico al universo jurásico.
Cuatro años después de los eventos de El reino caído, Owen Grady (Chris Pratt) y Claire Dearing (Bryce Dallas Howard) viven en secreto para proteger a Maisie Lockwood, mientras el mundo intenta adaptarse a la nueva realidad. Sin embargo, una corporación genética llamada Biosyn aprovecha la situación para manipular el ecosistema y controlar la biotecnología. La historia reúne a los héroes modernos con las leyendas originales: Alan Grant (Sam Neill), Ellie Sattler (Laura Dern) y Ian Malcolm (Jeff Goldblum), en una aventura que mezcla ciencia, conspiración y supervivencia.
La película destaca por reunir a las dos generaciones de protagonistas de la franquicia. Chris Pratt aporta el carisma y la acción física de siempre, mientras Bryce Dallas Howard muestra una evolución notable de su personaje, más empático y decidido. El regreso de Neill, Dern y Goldblum aporta el toque nostálgico que los fans esperaban, con dinámicas que remiten al espíritu del film original de 1993.
Jurassic World: Dominio despliega secuencias de acción espectaculares, desde persecuciones en motos y aviones hasta enfrentamientos con criaturas nuevas y gigantescas. Los efectos visuales, combinando animatrónicos y CGI, alcanzan un nivel técnico impresionante. Las criaturas —como el Giganotosaurus o el Therizinosaurus— son tan imponentes como memorables, y la fotografía aprovecha los paisajes naturales para reforzar la sensación de aventura global.
Más allá de los rugidos y la acción, la película retoma temas clásicos de la saga: la responsabilidad científica, la manipulación genética y el límite del control humano sobre la naturaleza. El conflicto con la corporación Biosyn funciona como metáfora de la codicia y la falta de ética en la ciencia moderna. Aunque el guion prioriza el espectáculo, mantiene una reflexión latente sobre el costo de jugar a ser dioses.
La banda sonora de Michael Giacchino rinde homenaje al tema original de John Williams, integrando nuevas composiciones que refuerzan la tensión y la épica del relato. El sonido de los dinosaurios y la ambientación selvática aportan una inmersión total, combinando lo clásico y lo contemporáneo en una experiencia sensorial completa.
Jurassic World: Dominio (2022) es una despedida colosal para una saga que marcó generaciones. Aunque su guion apuesta más por la acción que por la profundidad, entrega exactamente lo que promete: dinosaurios, aventura y emoción. Con su espectacular puesta en escena y el regreso de los personajes que lo empezaron todo, cierra el ciclo con un rugido final que celebra la magia y el legado del cine jurásico.