
Dirigida por Randal Kleiser, La laguna azul (título original: The Blue Lagoon) es un drama romántico de aventuras estrenado en 1980. Basada en la novela de Henry De Vere Stacpoole, la película se convirtió en un fenómeno cultural por su mezcla de belleza visual, historia de supervivencia y el retrato del paso de la infancia a la adultez en un entorno aislado. Protagonizada por Brooke Shields y Christopher Atkins, es una obra que marcó a toda una generación.
La historia comienza a fines del siglo XIX, cuando dos niños, Emmeline (Brooke Shields) y Richard (Christopher Atkins), sobreviven a un naufragio junto a un marinero que los ayuda a llegar a una remota isla tropical. Con el paso del tiempo, el marinero muere, dejando a los jóvenes completamente solos. Aislados del mundo exterior, crecen juntos en la naturaleza, aprendiendo a sobrevivir y experimentando un despertar emocional y físico que transformará su relación para siempre.
Brooke Shields, con solo 14 años en el momento del rodaje, interpreta a Emmeline con una mezcla de inocencia y madurez que marcó su carrera. Christopher Atkins, en su debut cinematográfico, aporta energía juvenil y espontaneidad. La química entre ambos es el centro de la historia, transmitiendo con sutileza el paso de la niñez a la adultez en un entorno sin normas sociales.
Randal Kleiser (director de Grease) apuesta por un enfoque visualmente impresionante. Las locaciones en Fiji y la fotografía naturalista de Néstor Almendros capturan paisajes paradisíacos con una belleza casi pictórica. La narrativa es pausada y contemplativa, enfocándose más en la evolución de los personajes y el entorno que en grandes giros argumentales.
La banda sonora, compuesta por Basil Poledouris, acompaña la historia con temas orquestales suaves y melódicos que refuerzan la sensación de inocencia y descubrimiento. La música subraya los momentos emocionales y realza la majestuosidad de los paisajes naturales.
La laguna azul (1980) es recordada tanto por su impresionante fotografía y su historia romántica singular, como por las controversias en torno a sus temáticas de despertar sexual adolescente y la juventud de sus protagonistas. Más allá de esto, se ha mantenido como una película icónica de los 80 por su estética, su tono nostálgico y su capacidad para retratar la inocencia en un contexto salvaje y libre de civilización.