
Dirigida por Andrew Hunt, La máquina infernal (The Infernal Machine) es un thriller psicológico que combina suspenso, literatura y locura. Protagonizada por Guy Pearce, la película explora la mente de un escritor atormentado que se ve arrastrado a un peligroso juego de manipulación y obsesión. Con una atmósfera inquietante y un guion cargado de giros, la cinta ofrece un retrato oscuro de la fama y del precio que puede tener la inspiración.
La historia sigue a Bruce Cogburn (Guy Pearce), un célebre autor que vive recluido tras el éxito de su única novela, una obra polémica que inspiró a un fanático a cometer un acto violento años atrás. Cuando empieza a recibir cartas y grabaciones de un misterioso admirador, Bruce se ve obligado a enfrentarse a los fantasmas de su pasado y a descubrir quién está detrás de la obsesiva correspondencia. Lo que comienza como una intriga literaria se transforma en una pesadilla de paranoia, culpa y redención.
Guy Pearce ofrece una actuación intensa y contenida, encarnando a un hombre quebrado por la fama y el arrepentimiento. Su interpretación da vida a un personaje complejo, que oscila entre la arrogancia del genio y la fragilidad del hombre derrotado. El elenco lo acompaña con solidez: Alice Eve aporta misterio y fuerza, mientras que Alex Pettyfer y Jeremy Davies refuerzan el clima de ambigüedad y tensión que domina el relato.
Andrew Hunt construye la tensión desde lo psicológico más que desde la acción. Los paisajes áridos, la luz crepuscular y los encuadres cerrados refuerzan la sensación de encierro mental del protagonista. La película avanza con un ritmo pausado pero hipnótico, donde cada detalle visual —una carta, una llamada, una sombra— se convierte en pieza del rompecabezas. El tono recuerda a los thrillers clásicos de autor, más interesados en el descenso a la mente que en la persecución física.
La banda sonora y el diseño sonoro juegan un papel esencial, utilizando ruidos cotidianos —máquinas, grabadoras, pasos— como elementos de inquietud. La música, discreta pero efectiva, refuerza la sensación de tensión interna y de amenaza invisible. El silencio también es un arma narrativa, reflejando la mente perturbada del protagonista.
La máquina infernal (2022) es un relato denso e intrigante que combina la intriga clásica con una reflexión sobre el poder de las palabras y las consecuencias del arte. Con una dirección atmosférica y una actuación magistral de Guy Pearce, Andrew Hunt entrega un thriller que se adentra en la psicología del creador y en los límites entre realidad y ficción. Una historia donde la mente humana puede ser el escenario más peligroso de todos.