
Dirigida por John Luessenhop, La masacre en Texas: Herencia maldita (Texas Chainsaw 3D) retoma la historia original de 1974 para construir una secuela directa que ignora las versiones intermedias. Esta entrega busca conectar el pasado con el presente, mostrando cómo el terror de la familia Sawyer continúa vivo décadas después. Con un tono moderno, violencia gráfica y un inesperado giro familiar, la película revive la pesadilla tejana con una nueva generación de víctimas.
La historia comienza en 1974, poco después de los eventos del filme original, cuando los habitantes de Newt, Texas, atacan la casa de los Sawyer para acabar con la familia asesina. Años después, Heather (Alexandra Daddario) descubre que ha heredado una misteriosa mansión en ese mismo lugar. Lo que parece un regalo inesperado pronto se convierte en una trampa mortal al descubrir que su “herencia” incluye algo más que paredes antiguas… un oscuro secreto escondido en el sótano.
Alexandra Daddario protagoniza con fuerza y carisma, interpretando a una joven que pasa de la incredulidad al terror y finalmente al descubrimiento de su verdadero linaje. Su evolución es uno de los elementos más interesantes de la película, que combina la típica “final girl” con un destino más ambiguo. Dan Yeager da vida a Leatherface con brutalidad y presencia física, mientras el resto del elenco aporta el caos y la tensión necesarios para mantener el pulso del relato.
John Luessenhop adopta un enfoque visual limpio y moderno, pero sin abandonar el espíritu sucio y opresivo de la saga. Las secuencias en 3D intensifican la experiencia, con persecuciones y mutilaciones que homenajean el estilo clásico del terror slasher. Aunque la historia introduce elementos nuevos, mantiene los temas esenciales: la familia, la venganza y la violencia heredada. La mezcla entre legado y renovación genera un tono distinto, a medio camino entre la nostalgia y la reinvención.
Lo más destacado de esta entrega es su intento de humanizar a Leatherface y replantear la idea de “monstruo” dentro del linaje Sawyer. El filme presenta un giro que cambia la perspectiva del espectador, convirtiendo a la víctima en heredera y al asesino en protector. Aunque divisivo para los fanáticos más puristas, este enfoque le da un aire fresco al mito y abre nuevas lecturas sobre el ciclo del mal y la familia como condena.
La masacre en Texas: Herencia maldita (2013) es una secuela que mezcla sangre, nostalgia y reinvención. Con un ritmo ágil, efectos contundentes y una protagonista sólida, ofrece una experiencia de terror directo con un giro argumental que la distingue dentro de la saga. No reinventa el miedo, pero sí mantiene viva la motosierra más famosa del cine, recordándonos que en Texas, el pasado nunca muere… solo espera ser desenterrado.