
Han pasado diez años desde que Rick y Evelyn enfrentaron a Imhotep. Ahora están casados, tienen un hijo curioso —y muy valiente—, y siguen explorando antiguos secretos egipcios. Pero un descubrimiento los pone en el centro de una profecía: el Rey Escorpión, una leyenda dormida, está a punto de despertar… y alguien planea usar a Imhotep para liberarlo.
Cuando su hijo es secuestrado y marcado por una cuenta regresiva mortal, Rick y Evelyn deberán recorrer desiertos, templos y tumbas perdidas para salvarlo. Entre momias, asesinos y visiones del pasado, la familia se enfrenta a su historia… y a un enemigo aún más implacable que antes. Porque esta vez, el fin del mundo tiene fecha.
Dirigida nuevamente por Stephen Sommers, esta segunda parte eleva el espectáculo con efectos especiales más ambiciosos, peleas coreografiadas al detalle y una mitología que se expande. A veces exagerada, sí, pero siempre entretenida. Aquí hay menos arqueología y más acción sobrenatural… y eso no es una queja.
Evelyn descubre que su vínculo con Egipto es mucho más profundo de lo que imaginaba. Rick, por su parte, también guarda un legado oculto. Entre revelaciones místicas, combates épicos y escenas inolvidables (sí, esa del autobús en Londres), esta película mezcla el pasado y el presente con una energía inagotable.
La momia regresa es una historia sobre familia, destino y el poder de lo que elegimos proteger. Ideal para quienes quieren una aventura sin pausa, con más criaturas, más emoción y más corazón. Porque cuando el pasado vuelve… no se corre, se pelea.