
Dirigida por Ronny Yu, La novia de Chucky (título original: Bride of Chucky) es la cuarta entrega de la saga y marcó un cambio de tono significativo. Estrenada en 1998, deja atrás el estilo más serio de las primeras películas para abrazar el humor negro, la autoparodia y un enfoque más estilizado. Esta nueva etapa convirtió a la franquicia en un fenómeno pop y presentó a Tiffany, un personaje que se volvería fundamental dentro del universo de Chucky.
La historia comienza cuando Tiffany (Jennifer Tilly), exnovia de Charles Lee Ray, recupera los restos de Chucky y utiliza un ritual vudú para revivirlo. Sin embargo, tras una serie de eventos sangrientos, Tiffany también termina atrapada en el cuerpo de una muñeca. Juntos emprenden un viaje en busca de un amuleto que podría devolverles sus cuerpos humanos, utilizando a una joven pareja como medio de transporte. El resultado es una road movie sangrienta, romántica y completamente retorcida.
Brad Dourif vuelve a brillar como la voz de Chucky, esta vez con un tono más sarcástico y desbordado. Jennifer Tilly roba escena como Tiffany, aportando carisma, sensualidad y humor. Su química como pareja diabólica es uno de los mayores aciertos de la película. Entre los humanos destacan Katherine Heigl y Nick Stabile como la pareja en fuga, aunque su rol principal es servir de vehículo a la travesía macabra de los muñecos.
Ronny Yu aporta un estilo visual mucho más estilizado, con iluminación intensa, ángulos dinámicos y una puesta en escena que mezcla terror con estética gótica y humor negro. La película adopta conscientemente un tono más autoconsciente, llena de guiños al género slasher y a la propia franquicia. Las muertes son creativas, exageradas y coreografiadas con humor sangriento.
La música mezcla temas de rock industrial, metal alternativo y composiciones inquietantes que refuerzan el tono rebelde y moderno de la película. Esta banda sonora noventera se convirtió en parte esencial de su identidad, acompañando perfectamente las escenas de acción y comedia macabra.
La novia de Chucky (1998) es una secuela que reinventa por completo la franquicia con humor, romance oscuro y estilo visual renovado. Gracias a la introducción de Tiffany y al tono autoconsciente, la saga encontró una nueva vida y conectó con una generación que buscaba algo diferente dentro del terror. Es una de las entregas más queridas por los fans por su personalidad única y su pareja asesina inolvidable.