
Dirigida por Jean-Marc Vallée, La reina Victoria (The Young Victoria) narra los primeros años de reinado de Victoria del Reino Unido, una de las figuras más emblemáticas de la historia británica. Protagonizada por Emily Blunt y producida por Martin Scorsese y Sarah Ferguson, la película combina elegancia visual, rigor histórico y una emotiva historia de amor que humaniza a la joven monarca detrás de la corona.
La historia comienza cuando la joven Victoria hereda el trono tras la muerte de su tío, el rey Guillermo IV. A los 18 años, debe enfrentar la presión de una corte dominada por hombres, la manipulación política y las expectativas de todo un imperio. Su independencia y carácter fuerte la convierten en un símbolo de autoridad, pero también en una mujer que debe aprender a equilibrar el deber con sus propios sentimientos. Su relación con el príncipe Alberto (Rupert Friend) marca el corazón de la película, mostrando un amor tan político como genuino.
Emily Blunt ofrece una interpretación brillante y matizada de Victoria, mostrando su evolución desde una joven insegura hasta una reina segura de sí misma. Su actuación combina fragilidad, inteligencia y determinación, haciendo que el espectador sienta empatía por su lucha interior. Rupert Friend aporta ternura y equilibrio como el príncipe Alberto, mientras Paul Bettany y Miranda Richardson enriquecen el elenco con solidez y presencia.
Jean-Marc Vallée construye un retrato visual exquisito, lleno de luz natural, paisajes verdes y palacios bañados en tonos dorados. La fotografía y el diseño de vestuario son deslumbrantes, reflejando la opulencia de la época victoriana sin perder la intimidad de los momentos personales. La banda sonora de Ilan Eshkeri acompaña con sutileza las emociones y refuerza la sensación de romanticismo clásico que envuelve cada escena.
Más allá de la ambientación histórica, la película se centra en el vínculo entre Victoria y Alberto, una relación basada en respeto, lealtad y pasión. A través de ellos, la historia explora el equilibrio entre el poder y el amor, mostrando cómo la joven reina encontró en su compañero no solo a un esposo, sino a un aliado que compartió su visión del mundo. Su unión, marcada por la devoción y la tragedia, sigue siendo una de las más recordadas de la monarquía británica.
La reina Victoria (2009) es una película de época tan hermosa como emotiva. Emily Blunt brilla en un papel que consolidó su carrera, y Jean-Marc Vallée ofrece una dirección sensible que combina historia, romance y reflexión. Con una recreación impecable y un enfoque humano, la cinta logra que detrás de la majestuosidad de la corona descubramos a una mujer que aprendió a gobernar… y a amar.