
Dirigida por Jeff Wamester y estrenada en 2024 con el título original Justice League: Crisis on Infinite Earths – Part Three, esta tercera entrega concluye uno de los eventos más ambiciosos y devastadores del DC Universe animado. Tras el colapso de innumerables Tierras y la caída de héroes que parecían imposibles de derrotar, la última batalla contra el Anti-Monitor se convierte en un enfrentamiento decisivo donde cada segundo importa. La película une todas las líneas narrativas anteriores y lleva al límite a los héroes del Tomorrowverse, enfrentándolos no solo al villano más poderoso del multiverso, sino también a la responsabilidad de salvar realidades enteras con un costo emocional inmenso.
Flash vuelve a ocupar un rol esencial, encarnando el sacrificio y la esperanza. Su conexión con la Fuerza de la Velocidad lo convierte en la pieza clave que sostiene la estructura del multiverso, aun cuando su cuerpo y mente comienzan a desintegrarse por el esfuerzo. La película honra su legado mostrando lo que significa correr hacia el sacrificio sabiendo que nadie más puede hacerlo. Su viaje es desgarrador, heroico y profundamente humano.
Superman mantiene su empuje moral incluso en un escenario donde ni su fuerza parece suficiente. Su determinación inspira a quienes sobreviven y demuestra por qué es un símbolo eterno de esperanza, incluso cuando el universo entero parece condenado. Supergirl, por su parte, despliega una valentía que la impulsa a tomar decisiones que marcan el destino final del conflicto. Juntos representan la luz en medio de un vacío que amenaza con devorarlo todo.
Sin poderes, sin magia y enfrentado a un enemigo que supera toda lógica, Batman demuestra por qué su mente es uno de los recursos más valiosos de la Liga de la Justicia. Su análisis del Anti-Monitor, sus planes de contención y su capacidad para actuar incluso cuando la realidad se deshace a su alrededor lo convierten en la columna intelectual del grupo. A diferencia de otros héroes, Batman conoce perfectamente el costo del sacrificio… y aun así sigue adelante.
La película presenta al Anti-Monitor en su forma más poderosa y destructiva, absorbiendo universos enteros sin dejar rastro. Su presencia es una fuerza inevitable, casi divina, que no actúa por odio, sino por una convicción fría y total: borrar todo para comenzar desde cero. Este villano se convierte en una amenaza sin precedentes, reforzada por una animación de escala monumental y secuencias que transmiten la magnitud de un enemigo imposible de detener.
El clímax muestra lo mejor del Tomorrowverse: una coreografía visual intensa donde cada héroe, villano y aliado aporta algo a la última resistencia contra la destrucción total. Realidades chocan, líneas temporales convergen y versiones alternativas de personajes luchan en un mismo plano. La película consigue transmitir la sensación de un evento definitivo, donde cada sacrificio pesa y cada decisión altera el destino del todo.
La tercera parte no teme mostrar pérdidas devastadoras. Héroes que marcaron el Tomorrowverse encuentran su final con dignidad, dejando una huella imposible de olvidar. Este capítulo funciona como despedida, homenaje y puente hacia un futuro incierto, pero lleno de posibilidades. El mensaje es claro: incluso cuando el universo se rompe, los actos de coraje tienen el poder de reconstruirlo.
Liga de la Justicia: Crisis en tierras infinitas – Parte 3 (2024) es un cierre emocionante, espectacular y profundamente significativo para los fans del universo animado de DC. Con una narrativa intensa, un manejo impecable del multiverso y una carga emotiva que define a cada héroe, esta entrega se convierte en el broche de oro de una saga que pasará a la historia. Un final que honra el pasado, sacude el presente y abre la puerta a un mañana que promete nuevas historias.