
Dirigida nuevamente por McG, Los ángeles de Charlie: Al límite (título original: Charlie’s Angels: Full Throttle) es la secuela directa del éxito del año 2000. Estrenada en 2003, esta entrega eleva todos los elementos de la original: secuencias de acción más espectaculares, coreografías más exageradas y un tono aún más desenfadado y divertido. Con Cameron Diaz, Drew Barrymore y Lucy Liu retomando sus papeles, la película se convierte en un auténtico festival pop de acción.
Las tres Ángeles —Natalie (Cameron Diaz), Dylan (Drew Barrymore) y Alex (Lucy Liu)— deben recuperar dos anillos robados que contienen información secreta del Programa de Protección de Testigos. Su misión las lleva a enfrentarse a criminales internacionales, exagentes corruptos y fantasmas del pasado, incluyendo una figura peligrosa vinculada directamente a Dylan. Entre persecuciones, infiltraciones y combates imposibles, el trío despliega todo su ingenio, habilidades y carisma.
Cameron Diaz, Drew Barrymore y Lucy Liu mantienen la química encantadora y energética que definió la primera película. Entre los villanos destacan Demi Moore como Madison Lee, una exÁngel convertida en antagonista formidable, y Crispin Glover que regresa como el misterioso “Thin Man”. Además, Justin Theroux interpreta a Seamus, un personaje ligado al pasado de Dylan, aportando un toque oscuro a la trama.
McG lleva su estilo videoclipero al extremo: efectos visuales exagerados, coreografías imposibles, saltos acrobáticos y secuencias que desafían toda lógica física. La película abraza su carácter de espectáculo puro y no se toma demasiado en serio, ofreciendo un ritmo imparable y escenas diseñadas para entretener sin descanso. Destacan la escena inicial en Mongolia, la persecución motorizada en la playa y el clímax final cargado de acrobacias.
La banda sonora combina grandes éxitos pop y rock de los 2000 con remixes clásicos, aportando energía constante a cada escena. Canciones como “Feel Good Time” de Pink —tema principal de la película— refuerzan el tono festivo y despreocupado de la producción.
Los ángeles de Charlie: Al límite (2003) es una secuela que apuesta por el “más es más”: más acción, más humor, más glamour y más exageración. Aunque sacrifica parte de la frescura de la primera entrega en favor del espectáculo, su ritmo vertiginoso y su carisma la convirtieron en un referente de la estética pop de principios de los 2000. Es puro entretenimiento visual con actitud y estilo.