
Dirigida por Christopher McQuarrie, Misión Imposible: Nación secreta (Mission: Impossible – Rogue Nation) llegó a los cines en 2015 como la quinta entrega de la saga. Con un estilo más elegante y conspirativo, la película enfrentó a Ethan Hunt y su equipo contra el Sindicato, una organización secreta que amenaza con desestabilizar el orden mundial desde las sombras.
Tras el desmantelamiento de la IMF por parte del gobierno estadounidense, Ethan Hunt (Tom Cruise) queda perseguido como fugitivo mientras intenta demostrar la existencia del Sindicato. En su misión recibe la inesperada ayuda de Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), una agente británica cuya lealtad es tan enigmática como su carácter. Con Luther Stickell (Ving Rhames), Benji Dunn (Simon Pegg) y William Brandt (Jeremy Renner) a su lado, Hunt se enfrenta a una red de espías tan letal como él mismo.
Tom Cruise vuelve a demostrar su compromiso físico y actoral, regalando una de las escenas más impactantes de la saga al colgarse de un avión en pleno despegue. Rebecca Ferguson se roba la película como Ilsa Faust, un personaje fuerte, inteligente y ambiguo que se convirtió en pieza clave del universo Misión Imposible. Simon Pegg aporta humor y humanidad como Benji, mientras que Ving Rhames y Jeremy Renner completan el equipo con solidez. El villano recae en Sean Harris, quien aporta frialdad y misterio como Solomon Lane.
La dirección de McQuarrie ofrece una estética pulida y elegante, con escenarios internacionales que incluyen Viena, Londres y Marruecos. La combinación de escenas de acción espectaculares —como la persecución en motocicleta y la secuencia submarina— con momentos de intriga al estilo clásico de espionaje, crean una atmósfera de tensión constante y sofisticación.
La banda sonora de Joe Kraemer retoma el icónico tema de Lalo Schifrin, pero con variaciones que aportan un aire más oscuro y épico. El tono de la película es de suspenso elegante, combinando acción trepidante con un juego de espionaje donde nadie parece ser del todo confiable.
Misión Imposible: Nación secreta (2015) consolidó a Christopher McQuarrie como director recurrente de la saga y elevó el nivel de sofisticación del relato. Con escenas de acción inolvidables, un villano intrigante y la introducción de Ilsa Faust como aliada y rival, la película se convirtió en una de las entregas más celebradas de la franquicia. Una misión que demostró que la saga aún podía reinventarse sin perder su esencia.