
Dirigida por Francis Lawrence y basada en la novela de Jason Matthews, Operación Red Sparrow presenta un thriller de espionaje ambientado en la Rusia contemporánea. Protagonizada por Jennifer Lawrence, la película explora el entrenamiento de agentes especiales conocidos como “gorriones rojos”, expertos en manipulación psicológica y seducción como armas de inteligencia. Lejos de la acción explosiva típica del género, ofrece una historia fría, calculada y cargada de tensión política.
Dominika Egorova (Jennifer Lawrence) es una bailarina estrella del Bolshói cuya carrera se ve truncada por un accidente inesperado. Para sobrevivir y proteger a su madre enferma, acepta colaborar con los servicios de inteligencia rusos. Pronto es enviada a una escuela secreta donde aprenderá a usar su cuerpo y mente como instrumentos de poder. Al involucrarse con Nate Nash (Joel Edgerton), un agente de la CIA, se verá atrapada en una peligrosa red de engaños, lealtades y traiciones.
Jennifer Lawrence ofrece una interpretación contenida y poderosa, transmitiendo la transformación de Dominika de víctima a estratega. Joel Edgerton aporta equilibrio como el agente que cuestiona sus propios métodos, mientras Charlotte Rampling y Jeremy Irons enriquecen el reparto con presencias magnéticas. Las actuaciones, frías y calculadas, están perfectamente alineadas con el tono de la historia.
La dirección de Francis Lawrence apuesta por una paleta de colores apagada, escenarios gélidos y encuadres precisos que refuerzan la sensación de vigilancia constante. Las locaciones europeas —Praga, Budapest y Viena— aportan autenticidad y elegancia visual, mientras que la fotografía acentúa el contraste entre belleza exterior y brutalidad interna.
La música de James Newton Howard evita excesos y acompaña con sutileza el juego de espías. Silencios prolongados, cuerdas tensas y notas graves se combinan para crear una atmósfera de sospecha constante, sin subrayar emocionalmente más de lo necesario. El resultado es un acompañamiento que potencia la frialdad narrativa.
Operación Red Sparrow (2018) se distingue por su ritmo pausado, su violencia contenida pero impactante y su enfoque psicológico del espionaje. Es una historia sobre poder, control y supervivencia en un mundo donde la confianza es un lujo. Aunque puede sentirse lenta para quienes esperan acción constante, ofrece un retrato crudo y elegante del espionaje moderno, liderado por una protagonista compleja y magnética.