
Dirigida por Samuel Bayer, Pesadilla en la calle Elm (A Nightmare on Elm Street) es el reboot del icónico slasher creado por Wes Craven en 1984. Estrenada en 2010, la película presenta una versión más siniestra y realista del legendario Freddy Krueger, con un enfoque más psicológico y visualmente sombrío. Aunque dividió opiniones entre los fans, buscó renovar la saga para una nueva generación.
La historia sigue a un grupo de adolescentes del vecindario de Elm Street que comienzan a sufrir pesadillas intensas en las que son perseguidos por una figura desfigurada y armada con un guante de cuchillas: Freddy Krueger. Cuando las víctimas mueren en sus sueños, también fallecen en la vida real. A medida que los jóvenes —entre ellos Nancy (Rooney Mara) y Quentin (Kyle Gallner)— intentan mantenerse despiertos, van descubriendo oscuros secretos del pasado que conectan a Freddy con sus propias infancias.
En esta versión, Jackie Earle Haley toma el relevo de Robert Englund como Freddy Krueger, aportándole un tono más serio y perturbador. Su interpretación enfatiza el trauma, el resentimiento y una presencia mucho más amenazante. Aunque conserva algunas frases icónicas con humor macabro, el personaje aquí se inclina más hacia el terror psicológico que hacia el sarcasmo característico de las secuelas clásicas.
El director Samuel Bayer, conocido por su trabajo en videoclips, imprime un estilo visual cargado de sombras, tonos fríos y transiciones surrealistas entre el mundo real y las pesadillas. Las secuencias oníricas combinan efectos prácticos y digitales para recrear ambientes inquietantes, destacando homenajes a escenas clásicas —como la icónica silueta tras la pared— con una estética más contemporánea y tenebrosa.
La banda sonora y el diseño sonoro juegan un papel fundamental en la construcción del miedo. Los silencios prolongados, los golpes de sonido repentinos y las respiraciones inquietantes refuerzan la sensación de vulnerabilidad nocturna. A diferencia de la original, la música opta por un tono más minimalista y siniestro, acorde con el enfoque más realista de la película.
Pesadilla en la calle Elm (2010) ofrece una reinterpretación más oscura y psicológica del mito de Freddy Krueger. Aunque no alcanzó el impacto icónico de la original, destaca por su atmósfera opresiva, su estética cuidada y una versión más perturbadora del villano. Es una propuesta que moderniza la pesadilla, manteniendo viva la esencia del terror onírico.