
Pan (2015), dirigida por Joe Wright, es una reinterpretación del universo de Peter Pan, pero desde un ángulo diferente: una historia de orígenes. En lugar del clásico relato, aquí conocemos cómo Peter llegó al País de Nunca Jamás, cómo conoció a Garfio… y cómo empezó a descubrir que estaba destinado a volar.
La historia arranca en un orfanato sombrío durante la Segunda Guerra Mundial, donde Peter (Levi Miller) es un niño rebelde e inquieto. Una noche, es secuestrado por piratas que lo llevan al País de Nunca Jamás, donde deberá trabajar en minas al servicio del temido Barbanegra (interpretado por Hugh Jackman). Allí, entre hadas, sirenas, nativos y peligros, comenzará una aventura épica que lo llevará a descubrir quién es realmente.
Levi Miller logra transmitir la inocencia y valentía de Peter, mientras que Garrett Hedlund ofrece una versión curiosamente carismática de James Garfio, aquí presentado como su aliado —al menos por ahora. Hugh Jackman, como Barbanegra, entrega una actuación teatral y extravagante, que aporta un toque de locura operática a la historia.
La película brilla visualmente. Las minas flotantes, los barcos en el cielo, los trajes estrafalarios y la tribu multicolor generan un espectáculo visual exuberante. Sin embargo, a veces el exceso de estilo le resta profundidad al relato. Se nota el esfuerzo por crear una estética única, aunque a costa de una narrativa más fluida.
Uno de los detalles más comentados es el uso inesperado de música moderna como «Smells Like Teen Spirit» en pleno desfile de piratas. Esta mezcla anacrónica sorprende, divide opiniones y aporta un toque irreverente que rompe con el tono clásico del cuento.
Pan no es una adaptación tradicional de Peter Pan. Es una aventura de orígenes con un tono épico y visualmente recargado. Si bien no encantó a todos los públicos por su enfoque arriesgado, ofrece una mirada diferente al mito del niño que no quería crecer. Perfecta para quienes disfrutan de mundos fantásticos y nuevas versiones de viejos cuentos.