
Dirigida por Wes Craven y escrita por Ehren Kruger, Scream 3 marca el cierre de la trilogía original que redefinió el terror moderno. Ambientada en el corazón de Hollywood, la película combina misterio, sátira y suspenso en una historia donde la realidad y la ficción se confunden. Más autoconsciente y menos sangrienta que sus predecesoras, ofrece un final que reflexiona sobre la fama, la manipulación mediática y el legado del horror.
Años después de los eventos de Scream 2, Sidney Prescott (Neve Campbell) vive aislada, trabajando en una línea de ayuda para víctimas de trauma. Sin embargo, cuando comienzan los asesinatos en el set de Stab 3 —la película dentro del universo de Scream—, Sidney se ve obligada a enfrentarse una vez más a su pasado. A medida que el nuevo Ghostface ataca al elenco de la película, las líneas entre ficción y realidad se desdibujan por completo.
Neve Campbell entrega una interpretación más introspectiva y contenida, mostrando a una Sidney cansada, pero aún resiliente. Courteney Cox y David Arquette regresan como Gale Weathers y Dewey Riley, aportando humor y humanidad en medio del caos hollywoodense. El elenco nuevo, encabezado por Parker Posey, Patrick Dempsey y Jenny McCarthy, satiriza la superficialidad del mundo del cine y añade una capa de ironía al relato.
Wes Craven lleva el meta-terror a su punto máximo, utilizando el rodaje de Stab 3 como una metáfora del propio proceso creativo y destructivo del cine de terror. Las muertes se vuelven parte de un guion dentro del guion, y la figura del asesino se entrelaza con los secretos del pasado de Sidney y su madre. Aunque más ligera en tono, la película sigue siendo una crítica mordaz a la industria cinematográfica y a su fascinación por el morbo.
Scream 3 es menos sangrienta que las anteriores, pero más psicológica. La tensión se construye a partir del aislamiento emocional de Sidney y la revelación de un oscuro secreto familiar. La mezcla entre comedia negra y drama da como resultado una historia más centrada en el cierre emocional que en los sustos, aunque conserva secuencias memorables como la persecución en el estudio y el enfrentamiento final en la mansión.
Scream 3 (2000) completa la trilogía original con un tono más reflexivo y cinematográfico. Si bien no alcanza la frescura de sus predecesoras, mantiene la inteligencia y la ironía que caracterizan la saga. Wes Craven logra despedirse de esta etapa con elegancia, dejando claro que el verdadero horror no solo vive en las máscaras… sino también en los recuerdos que nunca mueren.