
Dirigida por Parker Finn, Sonríe (Smile) es un inquietante thriller psicológico que transforma algo tan cotidiano como una sonrisa en una fuente de puro horror. Con un enfoque inteligente, atmósfera opresiva y una narrativa que explora el trauma y la culpa, la película se convierte en una de las propuestas más impactantes del terror contemporáneo.
La historia sigue a la doctora Rose Cotter (Sosie Bacon), una psiquiatra que, tras presenciar un extraño suicidio de una paciente, comienza a experimentar sucesos aterradores. Personas a su alrededor comienzan a sonreír de manera perturbadora y a comportarse de forma inexplicable. A medida que intenta entender qué sucede, Rose descubre una maldición que se transmite de víctima en víctima a través del miedo mismo. Cuanto más intenta escapar, más profunda se vuelve su pesadilla.
Sosie Bacon ofrece una actuación intensa y emocional, llevando el peso del filme con una vulnerabilidad palpable. Su interpretación transmite el deterioro psicológico del personaje con realismo y angustia, convirtiéndola en una protagonista memorable del cine de terror moderno. El reparto secundario, con Kyle Gallner y Kal Penn, aporta solidez y equilibrio en los momentos más tensos.
Parker Finn demuestra un control impresionante sobre el ritmo y la atmósfera. Cada encuadre está cuidadosamente diseñado para generar incomodidad y anticipación, con un uso magistral de los colores fríos y los silencios prolongados. La cámara se mueve de forma inquietante, creando una sensación de paranoia constante que mantiene al espectador atrapado.
La banda sonora y el diseño de sonido son fundamentales en la experiencia. Los ruidos distorsionados, los susurros y los golpes repentinos aumentan la tensión y refuerzan el terror psicológico. La música minimalista acompaña los momentos clave sin saturar, dejando que el miedo nazca del silencio y de lo que no se ve.
Sonríe (2022) es mucho más que una película de sustos. Parker Finn utiliza el terror como metáfora de los traumas no resueltos y el peso del dolor emocional. Con una atmósfera asfixiante, actuaciones sólidas y un mensaje profundo, se convierte en una de las cintas más inquietantes y memorables del género en los últimos años. Una sonrisa… que jamás querrás volver a ver.