
Dirigida por Lorcan Finnegan, Vivero (Vivarium) es un inquietante thriller de ciencia ficción que mezcla crítica social y horror psicológico. La historia sigue a Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg), una joven pareja que busca su primera casa. Lo que empieza como una visita rutinaria a una inmobiliaria se convierte en un descenso al absurdo cuando son llevados a un barrio idéntico en el que todas las casas parecen clones. Allí quedan atrapados, incapaces de escapar de un laberinto que los conduce siempre de vuelta al mismo lugar.
Su situación se torna aún más extraña cuando reciben la orden de criar a un niño misterioso que aparece en una caja frente a la casa. El pequeño, de comportamiento inquietante y mirada perturbadora, crece a una velocidad antinatural y obliga a Gemma y Tom a enfrentarse a una rutina sofocante que los va desgastando física y emocionalmente. La crianza del niño se convierte en una metáfora de la vida suburbana atrapada en la repetición y la alienación.
Imogen Poots ofrece una de sus mejores interpretaciones como Gemma, mostrando con crudeza el paso de la esperanza al desespero. Jesse Eisenberg aporta su sello de nerviosismo y fragilidad a Tom, un hombre que intenta rebelarse contra lo inevitable. El niño, interpretado por Senan Jennings, refuerza el tono perturbador de la película con una actuación inquietante.
La puesta en escena es clave para generar incomodidad: calles interminables con casas idénticas, cielos artificiales y jardines falsamente perfectos. La fotografía utiliza colores brillantes y una estética “demasiado limpia” que contrasta con la sensación opresiva de estar atrapados en una maqueta. El barrio de Yonder es un personaje en sí mismo: un limbo suburbano sin escapatoria.
El diseño sonoro refuerza la inquietud constante: ecos vacíos, ruidos cotidianos que se vuelven extraños y una música minimalista que intensifica la claustrofobia. Cada silencio prolongado contribuye a aumentar la tensión psicológica de los protagonistas y del espectador.
Vivero (2019) es una parábola perturbadora sobre la rutina, el consumismo y la presión social de formar una familia perfecta en un entorno prediseñado. Con un estilo surrealista y crítico, la película atrapa con su premisa y deja al espectador con preguntas sobre la alienación de la vida moderna y los límites de la libertad en un mundo controlado por sistemas invisibles.