
Dirigida por Carroll Ballard, Volando a casa (título original: Fly Away Home) es una emotiva película familiar que combina naturaleza, aventura y ternura. Inspirada en una historia real, la cinta nos invita a volar junto a una niña y su padre en un viaje que celebra la libertad, la conexión con los animales y la importancia de seguir nuestros sueños, sin importar lo imposible que parezcan.
La historia sigue a Amy (Anna Paquin), una joven que, tras la muerte de su madre, se muda a Canadá para vivir con su padre, el inventor y artista Thomas (Jeff Daniels). Un día, Amy encuentra un grupo de huevos de ganso abandonados y decide cuidarlos hasta que eclosionan. Sin embargo, al crecer, las aves no saben migrar. Es entonces cuando padre e hija emprenden una aventura extraordinaria: guiarlas en ultraligero hasta su hogar natural en el sur.
Anna Paquin, en uno de sus papeles más recordados de juventud, transmite inocencia, determinación y una profunda empatía por la naturaleza. Jeff Daniels ofrece una interpretación cálida y honesta como un padre que busca reconectarse con su hija. Juntos construyen una relación emocional que se fortalece a medida que comparten la misión de ayudar a los gansos a volar libres.
Carroll Ballard, conocido por su sensibilidad hacia la naturaleza, convierte cada paisaje en un poema visual. Los cielos abiertos, los atardeceres dorados y el vuelo de los gansos se combinan con una fotografía bellísima que despierta emoción y esperanza. Volando a casa es una carta de amor al vínculo entre humanos y animales, y a la belleza del mundo natural.
La música compuesta por Mark Isham acompaña con sutileza las escenas más conmovedoras, elevando el tono poético de la película. Las notas suaves de piano y cuerdas se funden con los sonidos del viento y el batir de las alas, creando una atmósfera de calma y asombro. Cada vuelo se siente como una sinfonía de esperanza.
Volando a casa (1996) —Fly Away Home— es una película que emociona por su sencillez y su mensaje universal. A través de una historia de amor familiar, respeto por la naturaleza y coraje, nos recuerda que la libertad no se enseña: se siente. Una obra que toca el corazón y deja al espectador con el deseo de abrir las alas y perseguir su propio vuelo.